Gestos que transformarán tus plantas (la luz)

En pocas palabras

Las plantas no pueden realizar la fotosíntesis en ausencia de luz solar. Si no se produce la fotosíntesis, las plantas no pueden preparar almidón y, finalmente, mueren. Las plantas autótrofas contienen un pigmento verde llamado clorofila, que es necesario para la fotosíntesis. La clorofila atrapa el calor de la luz solar e inicia la fotosíntesis.

La luz, el factor primordial

La luz es uno de los componentes esenciales para el crecimiento y desarrollo de las plantas y la fotosíntesis es el proceso por el cual, las plantas utilizan la luz solar para crear energía en forma de almidón. El almidón producido es utilizado por las plantas para la germinación, el crecimiento, la floración y otros procesos metabólicos. El almidón también juega un papel muy importante en ayudar a las plantas a almacenar energía para su uso posterior. Es por esto que la luz juega un papel tan importante en el desarrollo de cualquier especie vegetal.

Sin la luz adecuada, la fotosíntesis no puede ocurrir y el crecimiento de las plantas se inhibe. La importancia de la luz para las plantas se puede ver a través de su papel en la creación de un entorno favorable para la fotosíntesis, ayudando en el desarrollo de hojas y tallos y proporcionando energía para otros procesos metabólicos. Así pues el almidón es un producto clave de la fotosíntesis que ayuda a impulsar una variedad de procesos metabólicos, incluida la respiración, el crecimiento y la reproducción. Ya sabes entonces que al proporcionar luz a tus plantas, les permites producir esta importante sustancia necesaria para su desarrollo.

¿Que es la etiolación?

Es una de las señales más habituales de que a una planta le falta luz. Este fenómeno a pesar de que es popular entre las crasas y las suculentas, no solo se dan en ellas. La planta alarga sus tallos, habitualmente en vertical, buscando la luz que necesita. Habitualmente no le demos más importancia que el aspecto estético de la misma , pero mucho cuidado: cuando las plantas se etiolan, es probable que no sobrevivan mucho más tiempo.
Aunque la etiolación suele afectar a todos los tallos de la planta, en ocasiones únicamente uno o un par de ellos se estiran buscando la luz.

Tallos débiles

Si observamos tallos quebradizos, con mal aspecto, débiles o delgados está claro: nuestra planta nos está pidiendo a gritos un cambio de ubicación. Si este fuera el caso y según el tipo de planta, también tendremos que evaluar si la planta está sufriendo un exceso de riego o tiene un mal drenaje, «piensa en TELABAG]»: En algunas especies vegetales, el encharcamiento también se manifiesta de esta manera.

Crecimiento anormal de las hojas

Muy común pero, a pesar de ello, suele ser motivo de sorpresa. Cuando una planta crea hojas nuevas de menor tamaño al habitual suele ser otro de los síntomas de defecto de luz.

Hojas amarillas, otra pista crucial

Es, sin lugar a dudas, la manifestación más clara de que a una planta le falta luz. En la mayoría de los casos, las hojas amarillas van de la mano de los tallos debilitados. Más allá de su coloración, ayudan dos detalles más para estar completamente seguros de que es una falta de luminosidad: que las hojas no sean las inferiores de la planta, que pueden amarillear cuando han llegado al final de su ciclo natural; y que, además, se desprenden.

Si en los puntos anteriores hacíamos puntualizaciones, en lo que respecta a esta singular coloración hemos de hacerlas todavía más. Y la razón es sencilla: en determinadas especies vegetales, este cambio en las hojas puede responder a otros motivos.

Desarrollo de las plantas

La luz es un factor esencial para el desarrollo y crecimiento de las plantas. Es el componente clave de la fotosíntesis, un proceso mediante el cual las plantas convierten la energía de la luz en energía química en forma de carbohidratos y otras moléculas orgánicas. La fotosíntesis es responsable de producir oxígeno y liberar energía para impulsar el crecimiento de las plantas. Sin luz, las plantas serían incapaces de producir alimentos o las importantes moléculas de almidón que se utilizan como una forma de energía almacenada durante los momentos de poca disponibilidad de luz o estrés. Por lo tanto, la luz juega un papel crucial en el desarrollo de las plantas, permitiéndoles crecer y construir sistemas de raíces y follaje fuertes, además de proporcionarles nutrientes esenciales como nitrógeno y fósforo.

La luz y los riegos

La luz también afecta la cantidad de agua que necesitan las plantas para realizar la fotosíntesis de manera efectiva, ya que demasiada o muy poca luz puede causar deshidratación o marchitamiento debido a la evaporación del agua de las hojas. Además, diferentes tipos de luz pueden alterar la química de las hojas, lo que afecta su capacidad para absorber ciertos nutrientes del suelo o la atmósfera. Además, la luz ayuda a regular los periodos de floración.

La falta de luz y sus enfermedades

Ya sabemos que las plantas necesitan la luz del sol para sobrevivir y crecer, pero cuando no reciben suficiente, pueden sufrir una variedad de enfermedades. Estas enfermedades pueden variar de leves a graves y pueden dañar las hojas, los tallos, las flores e incluso las raíces de la planta. Algunas de las enfermedades más comunes que adquieren las plantas cuando carecen de luz solar incluyen:

el mildiú polvoroso,

  • la enfermedad de las manchas foliares,
  • la pudrición de la raíz,
  • la enfermedad de la agalla de la corona y
  • la enfermedad del tizón.

En el mundo moderno, las plantas a menudo se mantienen en el interior donde pueden tener dificultades para obtener suficiente luz para su crecimiento. Mientras que algunas plantas pueden sobrevivir en condiciones de poca luz, otras son más sensibles y requieren más luz solar para mantenerse saludables. Desafortunadamente, cuando las plantas no reciben la cantidad adecuada de luz, pueden contraer una serie de enfermedades que afectan su salud y bienestar en general.

Estas enfermedades incluyen el marchitamiento por fusarium, el mildiú polvoroso, el tizón por botrytis, la quemadura de las hojas, el marchitamiento por verticillium y el tizón por Alternaria. Otras enfermedades comunes causadas por cantidades inadecuadas de luz incluyen la pudrición de la raíz y el mildiú polvoriento.

TE COMENTO SOBRE LAS DOS MÁS COMUNES:

  • El mildiú polvoriento es causado por un hongo que forma parches en las hojas y tallos de la planta. El hongo se propaga rápidamente en ambientes de alta humedad con circulación de aire insuficiente y niveles de luz inadecuados. La enfermedad de las manchas foliares aparece como manchas circulares en las hojas de una planta que son causadas por hongos o bacterias que ingresan a través de heridas o aberturas naturales en la superficie de la hoja. La pudrición de la raíz ocurre cuando hay muy poco oxígeno en el suelo para que las raíces lo absorban, lo que hace que se vuelvan suaves y malolientes.
  • Y la agalla de la corona es una enfermedad de las plantas causada por el agente patógeno Agrobacterium tumefaciens. Esta bacteria infecta principalmente a las plantas de la familia Rosaceae, como manzanos y perales. La enfermedad se caracteriza por el crecimiento anormal de tejido en la corona de la planta, formando tumores llamados agallas. Estas agallas pueden afectar negativamente el sistema vascular de la planta, obstaculizando el flujo de nutrientes y agua. Como resultado, la planta puede debilitarse, mostrar retraso en el crecimiento e incluso morir. El control de la agalla de la corona implica medidas preventivas, como la selección de variedades resistentes y prácticas de manejo adecuadas.

Por último

1. Consejo:

Si tus plantas no reciben suficiente luz, considera moverlas a un lugar más luminoso o proporcionarles luz artificial con lámparas especiales para plantas. Esto ayudará a mantener su crecimiento saludable.

2. Conclusión:

La falta de luz puede tener un impacto negativo en el crecimiento y desarrollo de las plantas. Es importante asegurarse de que las plantas reciban la cantidad adecuada de luz para mantener su salud y vitalidad.

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